Entre el cuerpo y el hábitat se extiende lo íntimo como un espacio seguro que hay que poblar: con otros cuerpos, con objetos, con la luz cambiante que entra por la ventana, con la música de una bocina distante. Otros cuerpos para ensamblarse con ellos y desensamblarse de ellos; para, por medio de ellos, hacer de un cuerpo dos y tres. El corazón solo quiere crear, es decir, hacer venir a los otros de otro tiempo [pasado y futuro] y de otro lugar [ciudad, sueño o planeta]. Los objetos estarán ahí para ser alterados, manipulados o portados, para ser ordenados y reordenados. Escribir. Hacer relucir la cualidad que cada cosa tiene de permanecer, al final de la tarde, en lo que la luz baja, en el mismo lugar en que los colocamos descuidadamente durante el día. El cuerpo va a imitar al objeto: dejado sobre un sillón, a la mitad de una escalera, en el maletero de un armario. El cuerpo va a imitar al objeto pero el objeto lo sobrevivirá: dejado sobre una silla, o un escritorio, colgado en un muro o entre las cajas de una mudanza [afuera también: en un bazar, en un mercado]. Fotografiado y luego recortado fuera de la fotografía. Aquí hay una escritura que se sirve de todas las escrituras, así sea arrancar páginas de un libro de filosofía o recortar el reverso de una caja de cerillos. Es un radio encendido todo el día y toda la noche, una transmisión que en el momento en que termina da la hora y vuelve a iniciar con un himno. Sobre los diarios, las prendas, los cuerpos, las paredes y los pisos: la posibilidad de escribir es la posibilidad de ser. La intimidad es un espacio seguro donde también cabe la mirada, el escrutinio del observador quien, mientras carece en sí mismo de ese espacio propio, nutrido y seguro, se recrea en el del artista. El observador es un convocado que puede recorrer el lugar, desacomodar las piezas, romperlas, comprarlas o intentar desaparecerlas: pero nada alterará de ese espacio íntimo puesto que su presencia también encuentra sitio ahí.

*Texto publicado en el periódico POLA No. 1 dedicado a la obra de Paola Cedeño Marmolejo (Amatoria) en julio de 2018.